Pienso, expreso, siento...

Esto ya es común en mis entradas, cuanto más tengo para decir, más generales son mis títulos, no convenientes en cuanto a quienes pretenden mayor certeza cuando escribo aunque abierto a la expectativa para entender a donde quiero llegar.

Puede que te decepcione, pero a mi entender es interesante. Creo estar cambiando mi forma de pensar y parece ser positivo. Entrar a las redes sociales, como distracción es algo a lo cual no me opongo aunque lejos está, y a mi entender muchos hacen de ellas una parte muy importante de su vida cotidiana.

Como casi todo el mundo, forme y formo parte del vicio que son estas redes sociales. Lo alimento hasta asquearme de manera tal que en un punto lo dejo y hago uso de este blog para dejar en letras sus repugnancias. A que me refiero esta vez...Voy a ser directo... a la atracción, barata, estúpida y por sobre todo, tan poco verídica que puede haber entre dos personas a través de este medio y las reacciones que esto genera.

¿Cuánto nos llaman, nos afectan (para bien o para mal) las tonterías que se ven en el Facebook por ejemplo? para generar tanto. ¿Tanto como qué? El típico a 45 personas más les gusta esto, ver los 82 comentarios. ¿Porque? ¡Todos dicen lo mismo encima! ¡Inflan el ego tremendamente eh! ¡SIMPLES CARACTERES! tanto necesitan de sentirse queridas, de resaltar, necesitas poner una y mil veces...esta soltera. Para que te pongan un barato "Me gusta" ¡QUE POCO! ¡QUE POBRE! ¡QUE LASTIMA! ¡¡¡DE VERDAD!!!

Por mi parte, pongo frases profundas en las que muestro mis espontáneos estados de ánimo, y yo no sé si nadie las entiende o qué. Pero la recepción no es la misma.

¿Estoy yo al revés? ¿Qué es lo que no llego a captar? ¿O simplemente no acepto esta precariedad asquerosa? Parece más de lo segundo. Informo: el perfil de una persona no es solo el del Facebook. Mientras tanto expreso y no se me escucha, en este caso no se lee y sinceramente no sé qué perfil doy, pero cuando hablo encima no se me cree. Es hipócrita, raro decirlo, pensarlo hasta escribirlo vivir en donde hipotéticamente los sentimientos valen pero quien los muestra verdaderamente es un tonto y siempre parece ser el que pierde.