10 de marzo de 2011

¡Otra historia del colectivo!

Lo que paso hoy en el colectivo lejos está de ser de lo más relevante, novedoso pero raro puede ser.

Todos sabemos en Argentina de la cada vez más instalada y por suerte (esta) sana costumbre de hacer de los colectivos una especie de boliches móviles. Que salvo cosas demasiado exageradas son del agrado de quien escribe. Muchos de los que saben de qué estoy hablando, pueden tildar estas decoraciones como "grasas" pero de ser así, a mi entender si no te gusta, no te subas a un bondi, y si es para lo que te alcanza que le vayamos a hacer hay que bancársela tampoco puede ser tan largo el trayecto.

Aunque esta vez, había algo que contrastaba o más bien... era distinto. Era muy raro para ser un bondi, pequeñas luces rojas que rodeaban el colectivo, alguna que otra blanca más una música que lejos estaba de ser creada por un órgano y un rallador como es costumbre. A mi entender el colectivero capaz compro uno de esos cd de grandes éxitos románticos o algo similar. Pasando por canciones de Axel por ejemplo, y demás canciones conocidísimas de esas melódicas que por no ser muy cercano al género lejos estoy de conocer. La reacción de la gente era la misma que la mía, de asombro y risas. Risas porque la música a mi entender era para poner a un volumen tenue, normal bah pero no, podemos decir que estaba a 39/40 volumen posible...ventanas abiertas por el calor, y ni la intención de los pasajeros de escuchar otra música, porque a pesar de que todos tenían auriculares, el volumen de la otra hacía imposible algún otro tipo de música. Aunque para mí la situación generaba una carcajada limpia, otras caras no eran las mejores aunque más me hicieron reír todavía. El tipo que tenía enfrente era un tributo a Papo minuto a minuto, y su cara por tener que aguantar a Axel era cada vez peor aumentando las ganas de llegar a la casa YA. Por mi parte yo ayude a su descarga tiraba frases cortas pero muy elocuentes tales como "A vos te parece" " No tiene vergüenza”. Mi carcajada aunque por razones de respeto, ya interna era cada vez mayor.

Faltaba un calco de Doritos en algún espejo que diga "Que vuelvan los lentos" y ya estábamos completos. Ya no sabías ni lo que era... si un restaurante afrodisíaco de esos de Capital, un burdel urbano o que...Si venia Ciccioli con calles salvajes se hacía un programón. La cuestión es que de verdad alguna que otra aprovecho situación. Al lado tenía un chabón con el acentito distinto (Brasileño a full) y dos lindas chicas que le hablaban seguido y se reían de cuanta pelotudez diga, y más allá de no entenderle un corno. Lo voy a decir...el tipo era de esos que te promocionan una nueva fragancia Colbert anda a saber cómo termino, lástima que me baje... te bajas un poco meloso eh estas historias de colectivo...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario