20 de marzo de 2011

En la noche hay que ser mujer

Rápido y simple. En la noche hay que ser mujer porque:

  • Muchas veces pagan menos (o no pagan) para entrar a los boliches.
  • Es muy difícil que las reboten en la entrada.
  • Es imposible (y totalmente repudiable) que los patovas se pongan violentos con ellas (de todas formas, sí es posible que se "propasen").
  • Entre la oscuridad, el humo y el ruido, si califican como 4 ya tienen al menos dos tipos atrás dispuestos a levantárselas como sea.
  • Siempre tienen algún buitre atrás al que manejan como fitito con nafta super.
  • Entre ellas nos pueden criticar o rebotar hasta el hartazgo, pero ni pensamos en mandarlas a la mierda si no hay reemplazo.
  • Si no tienen cómo volverse, algún nabo se las lleva en su autito esperando el sexo que no tuvieron en dos años.
  • Si se caen de borrachas en el medio de la calle, "papi" (el pelotudo del padre) las viene a buscar.
  • Si no levantaron nada bueno adentro, afuera tienen seis guardias de seguridad dispuestas a descaderarlas.
  • Si no tienen ganas de pagar un vodka, le mueven el culo a algún salame, quien les va a convidar o, en el peor de los casos, PAGAR un trago con la esperanza de conseguir el sexo que probablemente NO VA A OBTENER.
  • Son el centro de la atención con solo ponerse un vestido o pollera que le garantice a la platea masculina poder observarle el pandero. Ídem con los escotes.
  • No necesariamente tienen que hacer la fila. Siempre pueden guiñarle un ojito al de la entrada.
Hay muchos más motivos, a mí ahora no se me ocurren más, pero no pienso dedicarle más tiempo a esta indignante realidad.  Por lo menos, un consuelo de tontos: NOSOTROS NO MENSTRUAMOS.

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