Supongo que el título de este posteo, el último del año de mi autoría, es muy obvio. Es un balance de fin de año. Y debo decir que termino el año tranquilo, habiendo vivido los últimos 365 días de un modo bastante interesante, porque me propuse para este año preocuparme menos por todo, y lo logré parcialmente. Mi naturaleza exagerada no me permitió llegar demasiado lejos, además esta sociedad medio loca a veces exige demasiado de uno, tenga la edad que tenga y el nivel de responsabilidades que uno pudiera imaginar, pero termina el año y he llegado a buen puerto. Hay algo que sí es inevitable reconocer para mí, y es que los objetivos a considerar para el futuro son casi los mismos que hace un año, pero principalmente seguir adelante, porque no se ha logrado todo, todavía hay cuentas pendientes. Los deseos y las frustraciones son así, no se pueden evadir, o al menos yo no los puedo evadir. De todas formas continuo levemente esperanzado, porque algunas cositas me mostraron que no hay mal que por bien no venga. Lamento no poder ser tan eufórico u optimista como quisiera, pero sí puedo decir que este año termina bien, lo que no es poco decir.
¡A ver cómo el año próximo NO SE ACABA EL MUNDO!
Un saludo afectuoso, Gonzalo. No acabará el mundo este 2012 y seguro que no veremos nosotros su final, por eso aprovecho para desearte que, al igual que el pasado, lo termines bien y muy feliz.
ResponderBorrares que si los objetivos a lograr en este 2012 no difieren mucho de los del año anterior, quiere decir que estás en medio de un proyecto a largo plazo, o al menos algo que tiene sustento. Y eso es bueno
ResponderBorrary tambien es bueno entender que uno nunca termina de lograr todo, si lo hicieramos seria terrible ya que me parece que el futuro dejaría de serlo, habria muerto antes de empezar
la euforia dejala para alguna demostración explosiva de algo momentáneo, futbol, tenis, lo que sea. La vida va por otro carril mucho mas tranquilo
besos Gonza