29 de octubre de 2010

Memoria

Este no es un blog político ni donde se acostumbre a hablar de esa clase de temáticas (salvo honrosas excepciones), pero en vista de que mi compañero ha hecho un posteo en ese sentido no puedo dejar de aportar mi opinión a los hechos acaecidos en las últimas 48 horas en nuestro país.

Argentina es un país muy interesante, quizá demasiado. Acá vivo hace 18 años y lo conozco, no sé si mucho o poco pero esta es mi tierra. Y en estos 18 años, nunca antes viví lo que presencié desde este último miércoles (algo lindo y también feo de esta patria es que da sorpresas seguido) a las 9:15 hs. del día del censo nacional. Me enteré después de encender el televisor, luego de que la censista se retiró de casa: MURIÓ NESTOR KIRCHNER. Fue muy sorprendente, shockeante. Inesperado, simplemente. ¿Qué fue lo primero que pensé? ¡QUÉ QUILOMBO QUE SE VIENE AHORA! Después me vino a la cabeza su esposa, me conmovió. Fueron dos días históricos, los presencié. No se habló de otra cosa en todo el país. De este duelo lo que me pareció realmente emotivo fue la Presidenta, que se tragó todas las lágrimas que pudo frente a cámaras. No sé si es sano, pero se escudó totalmente. La visita de los presidentes latinoamericanos también fue impactante, siendo que muchos países del continente declararon como acá tres días de duelo y casi todos los presidentes vinieron a abrazar a la ahora viuda. Pero lo más fuerte, y lo que va a ser realmente historia, es el pueblo. El pueblo salió a las calles a despedir al ex presidente, salió a contener a la primera mandataria. Muchos nos sorprendimos de descubrir la adhesión popular al duelo, que fue muy masiva. Pero no me extrañó lo irrespetuoso de algunos periodistas que hablaron de una presidenta incapaz de continuar el gobierno, o un futuro incierto para el país. No suelo atacar a la prensa porque es necesaria, pero hubieran podido reservar sus opiniones soberanas hasta que el duelo finalizara. Tampoco era momento para análisis políticos, aunque fue difícil soportar la tentación de hacerlos con este cataclismo político encima. Tampoco me extrañó la hipocresía de ciertos políticos opositores que dieron condolencias o no aparecieron en el velorio. ¿Qué habría sido mejor? No lo sé, quizá el silencio o quizá la sinceridad, no lo sé. Pero tomen clases de teatro, que se les nota hasta la médula lo falso de sus deseos de paz.

Tampoco me extrañó una numerosa cantidad de "militantes" pidiendo a gritos que se vaya Cobos. Bien, él fue uno de los caraduras que dijo que se fue un gran presidente. ¿Para qué lo traicionaste su era un gran presidente? Pero más allá de eso y de creer que su actitud ameritaba que se retirara de su cargo, no era adecuado ni lo es que se hagan expresiones violentas o agresivas contra una figura del Estado, porque al fin de cuentas sigue siendo vicepresidente. Tampoco me identifico con muchos miembros de la farándula, que dijeron que debemos ser soldados fieles a la Presidenta. Discúlpenme, pero yo solamente soy fiel soldado de mi Patria (que no suene fascista) y solamente a ella le rindo honores. Y lo único que como ciudadano reclamo a mis connacionales es una única cosa: MEMORIA. Memoria para recordar los juicios a los represores, el pago definitivo al FMI, la recuperación económica (lo que no es igual al desarrollo), la unión entre los países latinoamericanos, los festejos del Bicentenario. Pero también para recordar los casos de corrupción (don Antonini no mandó corona a Balcarce 50), la crisis energética, la inflación y el INDEC, el maltrato a la prensa crítica, la falta de diplomacia con el extranjero. No olvidemos que ayer muchos seguían defenestrando a este gobierno, no olvidemos que la confrontación y la irrespetuosidad fueron moneda corriente para el Ejecutivo desde 2003, seamos justos con el pasado y el presente, la historia hará su trabajo a partir de mañana, pero hoy tengamos memoria. No me gustó la forma de manejar el poder por parte de este gobierno, jamás me pareció adecuado ni prudente su accionar, pero tuvieron muchos más huevos que toda la oposición junta, una oposición inútil, aunque no hubiera votado a ninguno de los dos bandos. Pero insisto: respetemos el sentimiento popular, el duelo de una familia que perdió a un padre, hermano o marido, pero no mezclemos la pasión con la política, mejor dejémosla para la cama. Kirchner no es Cristo ni lo fue. Cristina jamás estuvo a la altura de Evita. Porque los que hicieron a Cristo, a Perón, Yrigoyen, Illia y Evita no son ellos mismos, ni siquiera Dios: los hicieron los pueblos.

¡QUE VIVA LA PATRIA, PERO QUE VIVA CON MEMORIA!

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