8 de octubre de 2010

Esas noches...

¿Qué hará que los homo sapiens estemos "configurados" para dormir de noche? No tengo mucha noche encima, no he sabido aprovechar ese tiempo, confieso que el sueño me pone histérico. No importa, la luz de luna me encanta igual. Suelen hacerse difíciles cuando no hay compañía adecuada (o no hay compañía). De todas formas el destino suele hacer guiñitos de vez en cuando, difíciles de ver pero presentes. Mis noches favoritas son las de verano, pero no las sofocantes, sino las frescas, las que te dejan respirar después de varias horas de quejas porque el filtro del aire acondicionado está sucio. Las de luna llena, despejadas. Como diría alguna frase de película vieja, "invitan a soñar". Ya hablaré de los sueños. No podría expresarles cuanto lamento haberme dormido algunas de esas noches. Pero tampoco cuanto disfruto el viento de verano en la cara, cuando la noche es interrumpida en su silencio por unos pocos grillos. Casi que la nostalgia invade cuando me acuerdo de las noches cordobesas en enero, muy oscuras pero increíbles. Exóticas. Podía ver muchas más estrellas que acá en la ciudad. Ya volveré a Córdoba, ya que mis viejos no me dan la derecha con eso. Esta es una noche así. La luna no se va a ir, eso seguro. Viene más, espero poder estar bien despierto en ellas.

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