19 de octubre de 2010

"Y pensar que lloré por vos, ingrata"

Ayer en mi habitación pensaba "y pensar que lloré por vos, ingrata". No, no es una escena de teatro dramático. Reconozco que leí algo de teatro para Literatura pero no sé si fue eso lo que me inspiró. Quizá el paso del tiempo (que se le nota pero la favoreció) despertó esa nostalgia que me trajo recordar aquellos días de 2003 cuando reconocí que tenía el poder de obsesionarme y llenarme de placer. A pesar de que me acompaña desde que tengo memoria tuve que aprender con ella cada pasito que quise dar. Años, son años.

Es un motivo central de adoración en mi vida. Lo seguirá siendo (hasta que la muerte nos separe). Ahora tengo 18 años encima, muchos pelos y poco de niño, al pobrecito indefenso que fui alguna vez lo obligaron a desaparecer de la Tierra a la fuerza. Pero gracias a ella fui muy feliz, y ahora ruego recuperar ese éxtasis. Quizá sea simple cuestión de tiempo, pero no pienso irme de acá sin haber ganado la partida. Creció bastante y me encanta, aunque podría estar mejor, pero SIEMPRE PODRÍA ESTAR MEJOR. De todas formas, les será suficiente y admirable, lo garantizo. Aunque insisto, lleva tiempo. Pero no me baja las expectativas ni las ganas de dejar una huella en ese cielo celeste, como la que dejan las nubes, blancas e inmensas.

Sí, emocionémonos juntos, pero no me escupas en la cara (ya lo hiciste y dolió). Aunque el que avisa no traiciona, y pocas veces no lo hacés. Pocos hombres te dedican alguna vez algo, aunque todos deberíamos por nuestro lado, porque formás nuestra esencia, nuestra identidad, nuestro orgullo. El asta donde se iza la bandera de la patria mía... Y disculpame si te hago trabajar de más, pero es porque cuanto más sudás la gota gorda más importante sos para mí. Además lo que no se usa, se atrofia. Pero ¡eso jamás! Y por último, preparate que lo mejor no empezó todavía, y cuando comience espero que no nos pare nadie. Igual para vos eso no va a ser problema, si justamente a vos te paran todas.

1 comentario: