28 de septiembre de 2012

Se robaron el instrumento

Hoy tenía otras cosas menos importantes para escribir, pero me enteré que le robaron el violín a un amigo y me indigné, así que pensé en escribir esto. De hecho, iba a hablar del machismo que me enajena tanto las pelotas, pero lo voy a dejar para otro momento. Ideas no faltan.

Pensaba que lo mejor que le puede haber pasado al pobre pibe (uno de los que tiene un blog que vale la pena leer) es que le hayan sacado su instrumento, y no su vida. Últimamente es así. Hace unas semanas, con unos amigos presenciamos, en vivo y en directo, un robo, bastante patético por cierto. El que robaba era de esos de los que buscan unos pesos para comprar drogas. El hecho es que violín y piano son mis instrumentos favoritos. Y para mí tienen un significado especial, porque, quizá medio poético o incluso esquizofrénico, el piano es como un delicado toque, el tacto. El violín es la voz, en particular la femenina. Ya el violonchelo tiene unos aires de tenor importantes. Igualmente no es el punto...

Es triste cómo pueden destruirte una ilusión o un proyecto en un instante, incluso llevarte TODO. Por eso quizá habrá que aprovechar el tiempo que tenemos, aunque me apena admitir que al menos yo no puedo exprimirlo todo lo que quisiera. Da ganas de pegarse un corchazo cuando te das cuenta que, lamentablemente, la realidad no es precisamente rosada, dulce y tierna. Pero qué se yo, da un poquito de bronca. Y tristeza, por qué no decirlo. 

Pero, más allá de las porquerías de la vida (que las hay y uno como que se harta un poco), uno conserva la esperanza de que todo vaya marchando a mejor. Hoy venía medio desanimado por cosas de la existencia, y este broche de cierre no ayudó en nada. Entonces pienso, ¿es algo tonto la esperanza? Porque, realmente, uno piensa a veces que es una especie de consuelo barato, o una forma de negación. Bueno, NO. De ninguna manera, porque hay varios caminos, en momentos de mierda, que uno puede tomar. Uno es la ira, otro es el pánico, se me ocurre también la desesperación. Pero quizá sea mejor la esperanza.

Típica escena navideña: las familias reunidas, coros por ahí y allá, gente comprando pirotecnia, niños ansiosos por ver regalos. Especiales navideños de Los Simpson en Telefé. Cosas por el estilo. Bueno, por más fútil que pudiera ser la esperanza, al menos un ratito se siente bien. Y a mí me quedó el recuerdo de chico de la Navidad y la esperanza. No sé, quizá no sea tan así, de hecho hay gente que aborrece esas fechas porque no son lo que les venden. 

Entonces te afanaron, ¿para qué van a querer esos vagos un violín? Si al menos robaran libros para leer, quizá sería el único argumento bajo el cual yo apoyaría el delito. Fijate qué paradoja. Pero no, en este mundo esas cosas no pasan, y no hay que leer a Marx para querer hacerse medio revolucionario con estas noticias. Pero ya es un poco tarde para seguir pensando en esto. 

Entonces, dije mucho pero hoy no pongo música, porque se robaron el instrumento.

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