8 de mayo de 2011

Los caretas

Ayer tuve el cumpleaños de 18 de un viejo compañero de curso que había conocido hace años. Una de las personas más relajadas que conozco. Sí, notable. Pero fui con la seguridad de que me iba a encontrar con algunas de sus amistades que no sé en qué limbo están. Mi psicóloga diría que vienen de un entorno de "no-familia". En mi corta vida conocí a mucha gente, y de muchos tipos distintos. De ellos aprendí que la riqueza que hay en esa variedad es muy grande. Y si bien trato de no generalizar, porque es la forma más rápida de equivocarse, también conozco una categoría de gente que, lamentablemente, abunda: los caretas. Y me volví a encontrar a muchos de ellos anoche. Bah, sé perfectamente que no iban a cambiar de un día para el otro. Y lo peor es que tengo una especie de sexto sentido para estas cosas, cuando una persona no me cae bien o no me cierra, por lo general acierto en mi sospecha, y no porque lo desee (la verdad que tiene sus cosas ese "instinto", como fallar de vez en cuando). Pero cuando me ayuda a descubrir con quiénes no me tengo que meter, ahí sí está bueno. Y anoche ratifiqué que con ellos no me equivoco. Es un grupo ordenado muy al estilo medieval, pero con criterio económico y no clerical. Claro, los líderes son los más adinerados y "populares" y la plebe (un par de nabos) los sigue de atrás, como su poco carácter amerita. Pero la careteada entre muchos de ellos, hombres y mujeres, es marca registrada. Y se creen mejores, porque existen quienes se lo hacen creer. La joda estuvo buena, pero las ediciones anteriores fueron mejores. Es, de todas formas, una buena manera de volver a ver un montón de gente que sí me cae bien y forma parte de un lindo pasado.

Y con cada día que pasa tengo menos motivos para unirme a Facebook, jajaja. 

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