21 de octubre de 2012

Resiste

Esta entrada será breve y a tono más personal que de costumbre. Es el día de la madre y se supone que es una fecha perfecta para escribir al respecto, pero no estoy de ánimo realmente. Estoy pasando por un momento de mierda, un capítulo más en esta historia de crecer que no parece terminar más. No voy a dar detalles porque no es algo de incumbencia pública, pero pensaba, entre tanto pánico, que quizá debo agradecer el terrible dolor de haber llegado hasta acá. Porque la fuerza de ese vacío, esa frustración, será mañana la fuerza de la alegría y la emoción. El loco Nietzsche decía algo parecido sobre el dolor, como motor de la renovación y el cambio. Quizá debamos temerles realmente a la apatía, a la comodidad que hace que todo quede así como está, supuestamente bien. Pero todo parece ser tan relativo... No sé cuánto tiempo más voy a tener que perder hasta que pueda disfrutar de TANTAS COSAS HERMOSAS, pero como lo valen les pienso dar la vida. Porque en cuanto la tenga en mis brazos pienso dejar que esas cosas hermosas pasen. Mientras tanto, lo que no te mata te fortalece, aunque pueda amargar un poco. Eso sí, anoche aprendí algo: ayer, cuando me fui de casa, dejé mis problemas en el mismo lugar en el que los encontré hoy. El alcohol NO LOS BORRÓ NI LOS CORRIÓ. Pero cumple sus sueños quien resiste, dicen. Que así sea entonces.



2 comentarios:

  1. Resistir es vivir, que es triunfar. Ánimo, todas las lecciones dejan un poso de sabiduría aprovechable.
    Saludos

    ResponderBorrar
  2. Es una buena oportunidad para aprender, lo reconozco. Gracias por el apoyo.

    ResponderBorrar