21 de diciembre de 2010

Un año sin desperdicio

Cerca de finalizar este lunes 20 de diciembre de 2010, escribo el que será mi último posteo del año, y quisiera hacer un breve repaso de lo que fue este último año en mi vida, y quizá en la de muchos. Este 2010 se ha presentado como un año muy interesante, e incluso antes de que se iniciara sabía que aguardaba sorpresas y experiencias muy intensas para todos. Lo primero que vuelve a mi cabeza son los festejos del Bicentenario. No tenía demasiada fe en lo que los argentinos podríamos hacer para festejar una fecha patria, ya que si de algo carece nuestra nación hace mucho tiempo es de patriotismo. Pero sin exagerar, me sorprendió la participación popular, la emoción de la gente y la alegría que se vivió en las calles esos días de mayo. Fui al Paseo del Bicentenario el 24 de mayo, y aparte de fotos me llevé en la memoria la cara de los chiquitos contentos y los ancianos nostálgicos por un país al que quieren ver grande. También fue muy interesante el mundial de Sudáfrica, que si bien no terminó bien para nuestra selección (nunca termina bien), sí compartí con amigos desde el inicio hasta el final. A mi el fútbol es una de esas cosas que si desapareciera no me afectaría, pero reconozco que es un excelente espectáculo, más si lo podés ver transmitido en vivo y en directo a todo el mundo. Si bien creo que patria y deporte no se mezclan, es un ámbito más donde deberíamos apoyar a nuestro connacionales.

Fue el último año de escuela. Lo abrí, lo viví y lo cerré muy satisfactoriamente. Mi fiesta de egresados el 29 de noviembre en Soultrain fue espectacular (al menos viviéndola desde adentro) y superó ampliamente mis expectativas. De los boliches (y en particular de Soultrain) ya he hablado y volveré a hacerlo. Sólo en esa fiesta me sentí perfecto, pero espero volver a experimentar sensaciones similares (o mejores) a futuro. Recibí mi diploma, me inscribí en la universidad. No sé si la carrera que elegí es la definitiva, porque me gustan muchas cosas parcialmente, pero ninguna totalmente. De todas formas, lo que ocurra con ello lo veré en su momento. Cumplí un año de psicología y aprendí unas cuantas cosas. Intento no adelantarme a los hechos y tomar muchas cosas con más naturalidad. No sé que tanto éxito tengo en ello, pero estoy abocado a lograr algo positivo. Perdí oportunidades, siempre lo hago. Hubiera querido que algunas cosas fueran distintas, si dieran de otra manera, pero no ha podido ser así. Dicen que Dios sabe por qué hace las cosas, de todas maneras no es ningún consuelo porque si yo no sé el motivo es lo mismo que nada.

No sé que viene en 2011. No tengo expectativas. Ésa es otra cosa que aprendí: no poner expectativas en aquello que no lo merece. Lo único que espero es que sea un año un poco menos doloroso que los dos anteriores, pero tengo la casi certeza que va a ser mucho más tenso. Otro desafío, controlar el estrés. Pero oportunidades no faltan, y a veces se ganan a los golpes. Quizá, de todas maneras, el próximo año me permita a mí mismo ser más, y espero que ser mejor. Es mi único deseo para el año que viene, y para toda la vida: SER. Lo demás no importa nada.

Feliz Navidad y Feliz 2011 para todos los lectores de Ponela Vos.

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