7 de noviembre de 2010

Ríos de divisas

Cómo te meten el consumo hasta por los oídos. ¿Somos humanos o qué? Tomá esto, comprá aquello. No sé sinceramente cuál es el concepto de felicidad del planeta hoy, pero lo que sí sé es que el consumismo no garantiza nada. Es un placebo a corto plazo, hoy comprás esto y te satisface temporalmente, hasta que estalla la necesidad de comprar nuevamente, y seguís comprando hasta que se hace compulsivo (a favor de los que venden). Vivo viendo esto, y participo del círculo. En esta etapa de mi vida, particularmente en las preocupaciones referentes a estética e imagen personal. Sin ir más lejos hace dos semanas gasté $90 en anillo, cadenita y pulserita. Necesitaba verme un poco más sexy. Veremos qué se me antoja próximamente, como las musculosas el verano pasado. Pero más allá de eso, casi que la vida es el hecho de que circule dinero, porque vivir es dar y recibir dinero. O sea, desde el primer segundo de vida (inclusive desde que somos un simple polvazo, como ya he dicho) somos gasto e ingreso, al menos los primeros años somos una inversión a futuro. Yo con 18 años lo sigo siendo. Cada Euro o Dólar o Peso es un poquito de nuestras vidas que viene y se va. Pero no porque realmente sean nuestra vida, sino porque así está impuesto, a favor de los capitalistas. Y no soy comunista ni quiero caer en eso, pero podríamos ser un poquito menos dependientes de lo que se compra o se vende. Digo que podríamos, porque hasta ahora NO PODEMOS.

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