19 de diciembre de 2012

Purezas

Mostraba luz la bengala, sacaba chispa el asado que terminó siendo bárbaro. En chiste se apaga la pirotecnia con un sifón de soda entonces salen corriendo a los sifonázos tentados al máximo por el camino de piedras de la casa mágica. Se olvidan las edades reventaban las cajas, no temblaban pulsos y no se hacian balances, se cargaba con cuanta pirotecnia quedará y la ambición ponia punto final, se iba yendo en cuanto mas consistente era el ruido de la persiana falta de aceite. Llegaba al piso y subian a los autos. Las luces intermitentes del patio eran latido de la espera. Para el abuelo que queria comer, para mi por ver que todos estemos juntos y además mas bien, para que esa pirotecnia que le ponia color a la noche por fín llegara.

¿Para que mudarse de Caseros? es lo que pienso cada dia, no se le ocurran mas locuras de trasladarse por kilómetros, pero eso será para otra entrada. Observá, viví, amá. La pesadéz en el aire, lo calido de su viento, y los autos con la música cada vez más fuerte en la medida que la noche se acerca. El gimnasio que explota, los mensajes que llegan, y esperar para usar una maquina esta vez no es tedioso.
El teléfono ahora llama, pidiendo el regreso pero la caminata sigue siendo relajada, porque en la calle la paso mejor, saludando al menos 10 personas por cada vez que salgo. Por ahora llueven las intenciones de trabajar, el volanteo es fuerte en las épocas veraniegas. ¿De que me vale la plata cuando no existe el amor? la cabeza desanda un nuevo laberinto, que a veces no detienen ni los mejores frenos del mundo.
Renace el  alma un fin de semana, cada vez que Estudiantes gana, viendo a Caseros festejar, paseando por la comercial como si en cada paso flotara, baja por la residencial casi volando, y en dos toques de timbre detrás de la puerta ya está la abuela, ya vuelve la magia y cada paso por el barrio, un parrafo de canción.
Eso hace la felicidad, sin nombrar dinero en ningún momento, sin picos de estrés, solo con pizcas de ese amor que a veces tanto hace sufrir, solo con eso alcanza para ser feliz. Quizás los tiempos cambiaron, quizás ya no es para toda la vida... Pero si el amor ya no las encandila, siempre guardate algo abajo de la manga, ese algo externo que te haga sonreir, ese destello de purezas que a veces tanto nos falta para que círculo cierre perfecto.

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