25 de marzo de 2012

¡MIERDA!

No hay mucho que decir, simplemente que estoy atravesando nuevamente esa experiencia deliciosamente aterradora, de que tu propia mente sea un campo de batalla. Siempre me pregunto por qué tengo que pensar, a veces, que soy lo peor que me ha podido pasar y que no me ayudo nada. Afortunadamente es un pensamiento cada vez menos frecuente. Y no me culpo demasiado por, en ocasiones, pensar así. Es que es lógico, cuando tenés tantas paredes que romper, cuando no podés borrar el "no puedo" de tu pensamiento diario. Estoy convencido de que si hubiera tenido la oportunidad de no ser yo con mi descontrol habría logrado más cosas, estaría un poco más satisfecho, hasta en paz con mi existencia (ja, real como un cuento de Disney). Si mi vida entera fuera esto, no podría decir bajo ninguna consideración que estoy orgulloso o contento de haberla vivido. PERO ESTO RECIÉN EMPIEZA Y VOY A SEGUIR TRATANDO. De todas maneras se me ocurre que si todo hubiera sido tan fácil, sería otro boludo más en un mar de boludos que no han aprendido nada. Y no pienso conformarme con esta mierda, algo tengo que aprender de todo esto.

3 comentarios:

  1. me encanta leerte en estas reflexiones, te puedo hasta imaginar frente a vos mismo diciendote todas estas cosas y hurgando dentro de tu propio cerebro para después renacer a algo nuevo; costoso, doloroso...no lo sé. Pero aplaudo el intento

    besos

    ResponderBorrar
  2. Tener conciencia de uno mismo ya es escapar de la masa, de esa masa de boludos que ni siquiera piensan. ¡Bravo!

    ResponderBorrar
  3. Imaginaste bien, Laura, salvo por el espejo.

    Y sí, Francisco, es bastante pedir en esta época tener un poco de autoconciencia. Espero que muchos otros tengan esa suerte.

    ResponderBorrar