"Si hubieras tenido algo de memoria no te hubiera mandado a la mierda". Así comenzó el sainete porteño en esta breve ficción real. Nada dicho, todo en el mágico pero sincero universo de mi mente. La ira a veces impulsa a mandar al carajo a alguien, pero ya han sido suficientes evidencias para este caso. Quizá no sepa de qué hablo, pero el destinatario o destinataria de este posteo sabe perfectamente a qué me refiero. Una vez alguien me comentó que tenías actitudes hirientes y no le creí. Hoy (tarde) le creo. No importa, ya pasará. Pero mientras seguí pretendiendo y por las dudas comprate un paraguas, a ver si se te cae el cielo en la cabeza.
Con cariño, Gonzalo.
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