19 de noviembre de 2012

Moños en la fría máquina del sistema capitalista

Me desafiaron a escribir algo con ese título y bueno, voy a intentarlo. Va a ser metafórica la interpretación, porque sino habría que hacer algo de magia literaria para entender qué son los moños en el sistema capitalista. Y pensé que esos moños existen, y estamos rodeados de ellos. Son gente muy cómoda...

El moño que más indigna es el ñoqui municipal. Esos inútiles que con suerte trabajan 6 horas por día (si trabajan) y generalmente atienden mal a la gente. Además de sus abultados sueldos se le suma el derecho a huelga que aplican si alguien osa desafiar su pereza. Rompiendo un poco con la generalización prejuiciosa, supongo que deben haber funcionarios trabajadores. Pero la gente de a pie desconoce su existencia. 

Podríamos ligarlos a los sindicalistas que, sabiendo que pueden parar al país, usan el paro como medio de presión o extorsión de todo tipo. El diputado o senador que rara vez se presenta a dar quórum. Los jueces, fiscales y abogados que ganan fortunas por, esencialmente, favorecer a los que tienen un elevado poder adquisitivo. Esos ya pasan al nivel de HDP.

Otro moñito del sistema es el psicólogo que cobra más de $200 la hora, lo que serían unos 40 dólares por hora. Como soy un joven con ánimos de fracaso, voy a terapia y sé lo complejo del asunto y del trabajo de terapeuta, pero ¿cuál es el criterio para cobrar esa generosa suma? Algunos que conocen el rubro me han confesado que ese criterio ES INEXISTENTE. Piénsenlo dos veces antes de tener traumas.

Hay más moñitos, pero uno es bastante peligroso: el barrabrava. ¿Por qué es un moño? El primer calificativo que quizá le corresponde es el de delincuente, pero volviendo a lo básico está su afán por financiar su estómago "alentando" a los golpes un equipo de fútbol. Ayer, en la ciudad de Santa Fe algunos volvieron a hacer el ridículo, junto con los otros moñitos: la policía vendida.

Hay moñitos que no indignan ni ofenden, sino que a muchos dan envidia. En esta categoría pondría los que obtuvieron trabajos como "catador de vinos" o "contador que cobra $25000 por una firma no demasiado comprometida". Quizá también el futbolista de élite, del que voy a hablar abajo, y otros mucho más discretamente y entre sombras, como los strippers o los y las modelos. Digo, andar balanceándola en despedidas de soltera no es precisamente un trabajo desagradable... (sin comentarios).

El futbolista de élite es un caso esencial. Si de niños ya tienen el talento suficiente, se los llevan los clubes con la promesa de pagos astronómicos, fama y éxito. Si realmente son lo que prometen, los llevan al exterior, comienzan a cobrar en euros no sólo los pases sino también campañas publicitarias. A todo esto sumamos la fama y el inevitable éxito con casi cualquier belleza que se les cruce. Muchos, que tenemos el sector cerebral de la coordinación motora poco desarrollado, pensamos POR QUÉ MIERDA...!!!??¿?¿

Bueh, pero está el otro caso. El del que apenas llega a fin de mes o debe tener otro trabajo para mantenerse. El que sufre la presión de los barrabravas. El que juega en la C o en la D viendo niveles superiores únicamente como un sueño. Ellos tienen vocación sin duda, no sólo talento. 

Hay más: el basurero que gana MILES. Eso sí, a costa de oler muy mal y correr un riesgo sanitario enorme. El conductor de unidades de subterráneo. Es trabajo insalubre, pero cuando paran por aumentos de sueldo... El profesor universitario que cobra para nunca presentarse a clase. El que maneja una fábrica llena de empleados en negro. Y no olvidemos al vago que con veintipico los padres de alta alcurnia siguen manteniendo. El pibe que trabaja toda la semana para salir de joda únicamente, ignorando el esfuerzo de sus padres para que estudie. Y al que la novia le compra hasta las zapatillas. Y a la que el novio o marido le financia la estética personal. 

Y muchos etcéteras que quedan a juicio de los lectores. 

Ah, me olvidaba: los que suben videos a YouTube y se hacen famosos de la noche a la mañana sin prácticamente más elaboración que subir un video de celular. Los que viven en Facebook o Twitter, incluso DESDE EL TRABAJO. Incluso, los que escriben en Internet criticando... o sea que yo hoy soy moñito, y lo mejor del caso es que, en el fondo, todos queremos ser un moñito (de los simpáticos, futbolista o catador de delicias, o stripper... jajaja).

Pongo este tema que no tiene nada que ver, pero me trae nostalgia del secundario: Strobe