18 de mayo de 2012

Sindrome de impaciencia diaria II

¿En donde vivimos? ¿A que aspiramos realmente? ¿Sabemos? Son preguntas que me hago para tomar las verdaderas prioridades en base a esa reconstrucción de mi felicidad que atravieso. No tengo idea si disfruto las cosas en la medida que se merecen, he perdido el tiempo en varios momentos, generando vacíos de los que me arrepiento. El tiempo no se recupera, pero siempre hay tiempo para achicar el margen. Hablando la gente se entiende, es cierto, todo es mas claro si se hace de frente y sin especular. Pero no me vendan humo, esta no es la generación de la comunicación que las redes sociales no nos hagan creer esto. Podemos acercar provisoriamente pero la distancia es real, existe, late y persiste y nada la modificará. Si continuamos perjudicándonos ojo por ojo, el mundo se quedará ciego, por lo cual alguien tiene que ceder. De que me vale saber que tal o cual persona sube una foto, le sucede tal cosa en su corazón si cara a cara no lo conozco, no lo saludo en absoluto, como si fuera un extraño. ¿De qué generación de la comunicación me hablan? Si en la medida que me salgo de tu camino, mejor para ti, mayor libertad y sigan corriendo las aspiraciones individualistas, lejanas a la comunidad que somos y por momentos simulamos ser.  

10 de mayo de 2012

Sindrome de impaciencia diaria I

Reconstruyendo mi felicidad es el proceso que estoy llevando a cabo en este momento, llegando al entendimiento de ciertas cosas, para tener un claro resultado de porque se desarrollan de tal o cual forma las situaciones. (dentro de las cosas a las cuales se les puede encontrar una explicación en esta vida)
Un tema de nunca acabar al cual no le encuentro solución es el entendimiento de la sociedad en la qué vivo y si bien soy capaz de entender que vivir en sociedad es una necesidad, veo una involución en ella que me genera preocupación la cual ya he expresado alguna vez directa o indirectamente en este blog lo puse en debate, ya mas allá de mis pensamientos, canalizando en chances concretas de como recopilar opiniones acerca de este tema. Todos coinciden en lo mismo, la falta de lectura e interés en destacarse en base a saberes es real. Lo pregunté en mi chance de iniciación como periodista cada vez que pude a personas reconocidas como Aldo Proietto  (Ex director de el diario El Gráfico) y en el día de hoy a Juan Fazzini (Periodista reconocido especializado en automovilismo de la cadena Fox) Esta claro... no son sociólogos ni mucho menos, pero recomiendan dentro de la vocación de ser periodista, hay qué instruirse culturalmente día a día. Leer Garcia Marquez, Borges, Bioy Casares parece una utopía porque no hay anhelo de progreso, no existe paso previo, se busca la cima fácilmente y sin argumentos que la sostengan, comer en bandeja de plata desde el primer día, no hay sacrificio y eso es realmente preocupante. Mas aun en la medida que, lejos de erradicar los problemas, se toman medidas en favor de la vagancia y la comodidad en vistas a satisfacer en estadísticas números que no responden a la cotidianidad.

1 de mayo de 2012

Estereotipos, y cada cual con su mochila

Un mal, quizá inevitable, quizá necesario (qué se yo...). Éso es para mí un estereotipo. Esa clasificación que se hace de la gente, tan maravillosamente variada y única. No voy a ser eufemístico, no me gustan para nada los estereotipos por más apegados a la realidad que puedan estar. Me suenan a casta, a clase social, a división inexpugnable. Creo que me puse a pensar en esto porque volví anoche a la meca del estereotipo: el boliche. Hay algo que es cierto en todo esto, y es que los estereotipos son como "asistentes" frente a la falta de una identidad definida, algo común entre la gente joven (y no tanto).  Pero qué triste es creer que por estar dentro de una u otra "tribu" podés ser o no ser, hacer o no hacer. Ayer pensaba, por ejemplo, por qué uno ha tenido la "fortuna" de no ser un Casi Ángeles o un Justin Bieber. Miraba en televisión a un puñado de histéricas gritando desaforadamente por un adolescente argentino que se parece bastante al susodicho músico (nota claratoria: lo de músico no es, lamentablemente, cuestionable, porque en definitiva lo es. Aunque muchos no compartamos ese calificativo  y tengamos otros más creativos, por respeto no voy a denigrar a este metrosexual yanqui) y pensaba en cómo el fanatismo (otro tema que da para hablar un buen rato) pone pelotuda a tanta gente.

Creo entonces que también el fanatismo es un enemigo de la razón. Pero esto no va de razón, va de hormonas. Hasta que uno las conduce por buena vía (si tiene la suerte) no es condenable la euforia. Pero la indiferencia de parte del género femenino por los que elegimos escuchar a Clannad o a Christoph Eschenbach a veces me entristece al punto de pensar (falazmente) que hay que cambiar para ser felíz. ¿Que cómo es eso? Claro, no dije EVOLUCIONAR sino CAMBIAR. Dejar de ser así para pasar a ser asá. Y no, no me gusta la idea, tampoco creo que sea viable. De otra forma sería sencillo cambiar a conveniencia, pero uno va haciendo camino al andar, con la mochila que le toca. Qué penoso tener que decir "es lo que hay", como si uno fuera una alternativa barata al modelo oficial. YO QUIERO SER UN MODELO EN MÍ MISMO. Para que no nos jodan conque el autito, la camisita cara, la guitarrita, los abdominalitos, aritos, y más mierdas (SÍ, SOY HIPÓCRITA, SI TUVIERA DINERO HABRÍA IDO A POR ELLO DE TODAS FORMAS). Y, por favor chicas, no me hagan perder la fe, porque se hace difícil tener esperanza cuando uds. suman sus idioteces a mis incapacidades. 

P.D.: da para crear un grupo en Facebook o algo similar que se titule "YO TAMBIÉN TENGO PENE".El que tenga ganas que lo abra jajaja.

Ah, y algo de Clannad, porque sé que no lo conocés: Clannad - Coinleach Glas An Fhómhair