25 de marzo de 2012

¡MIERDA!

No hay mucho que decir, simplemente que estoy atravesando nuevamente esa experiencia deliciosamente aterradora, de que tu propia mente sea un campo de batalla. Siempre me pregunto por qué tengo que pensar, a veces, que soy lo peor que me ha podido pasar y que no me ayudo nada. Afortunadamente es un pensamiento cada vez menos frecuente. Y no me culpo demasiado por, en ocasiones, pensar así. Es que es lógico, cuando tenés tantas paredes que romper, cuando no podés borrar el "no puedo" de tu pensamiento diario. Estoy convencido de que si hubiera tenido la oportunidad de no ser yo con mi descontrol habría logrado más cosas, estaría un poco más satisfecho, hasta en paz con mi existencia (ja, real como un cuento de Disney). Si mi vida entera fuera esto, no podría decir bajo ninguna consideración que estoy orgulloso o contento de haberla vivido. PERO ESTO RECIÉN EMPIEZA Y VOY A SEGUIR TRATANDO. De todas maneras se me ocurre que si todo hubiera sido tan fácil, sería otro boludo más en un mar de boludos que no han aprendido nada. Y no pienso conformarme con esta mierda, algo tengo que aprender de todo esto.

6 de marzo de 2012

Facetas

Me han intrigado las facetas de la gente durante mucho tiempo. En realidad siempre me resultó interesante el gran número de "caras" que puede tener el ser humano. Cómo una dulzura de persona puede convertirse en un manojo de ira cuando se le toca su fibra sensible, o como los sujetos más duros pueden flaquear. Es como un policía que conocía de parte de otro conocido, que era el tipo más duro que me podía imaginar. Pero verlo con su hijita de 4 meses en brazos era conmovedor. O como mi vieja, que todo el mundo dice que es re tierna pero también puede ser extremadamente severa. Está claro que nos adaptamos dependiendo del contexto en el que nos encontremos, pero qué contradictorios que podemos ser a veces. Y por eso a veces pienso en cómo equilibramos esas facetas (si lo hacemos); creo que todos tenemos caras lindas y malas pero sería genial que fuera más fácil quedarse con la mejor... si se puede.

Y por eso en esta ocasión me quedo con la faceta más suave que se me ocurre ahora, plasmada con la melodía de una artista que desde que escuché por primera vez hace muchos años me enamoró completamente. Lo curioso es que nunca supe su paradero hasta muchos años después y de casualidad. Cómo es que las vueltas del destino nos conectan con lo que nos llega profundo...